Aula Emprende UPCT - Liderazgo

Dentro a la iniciativa de Aula Emprende UPCT, se realizó un taller de "Liderazgo" impartido por Raúl Gallego en la asignatura "Habilidades directivas" del MBA. Raúl es psicólogo, coach y formador, con amplia experiencia en recursos humanos, habilidades directivas, inteligencia emocional y gestión de equipos.

El objetivo principal del taller fue proporcionar a los participantes herramientas útiles y aplicables para mejorar sus habilidades de liderazgo, a través de una sesión amena y productiva. Los objetivos del taller se centraron en tres aspectos fundamentales: disfrutar del proceso de aprendizaje, generar valor y garantizar que cada participante se llevara algo útil y aplicable a su entorno profesional. Para lograr estos objetivos, se requirió de los participantes voluntad, tiempo y flexibilidad, prometiendo a cambio autoconocimiento, herramientas, seguridad y tranquilidad.

Entrando en la materia, Raúl definió el liderazgo como una actitud más que una posición. Una actitud que se enfoca en las personas y sus dinámicas cambiantes. El reto del liderazgo es crear cambios y facilitar el crecimiento. Destacó la diferencia entre un manager/jefe y un líder, donde el primero se enfoca en planificar, organizar y controlar, mientras que el líder establece una visión, involucra a su equipo y motiva, centrándose en el crecimiento de las personas. Las competencias del líder abarcan la gestión, la estrategia y la relación, incluyendo habilidades como planificar, alinear recursos, controlar, corregir desviaciones, crear una visión, entender el entorno, instaurar una cultura, definir la dirección, comunicar, inspirar, motivar, crear pertenencia y fomentar vínculos externos.

Según Peter Drucker -un referente que salió en varias ocasiones- se destaca la importancia de enseñar a los líderes qué no deben hacer para evitar malos hábitos que pueden afectar negativamente a sus equipos. Las estadísticas del liderazgo revelaron que solo el 36% de los empleados están comprometidos en el trabajo, y que el 70% de la influencia en el compromiso laboral proviene del manager. Además, casi el 80% de los trabajadores dejan sus trabajos debido a la relación con su supervisor inmediato, y los equipos mal gestionados son un 50% menos productivos.

Se presentaron diversos tipos de liderazgo, incluyendo los siguientes:

• el transformacional, que inspira al equipo a través de la comunicación efectiva y estimulación intelectual;
• el transaccional, que se centra en la organización del grupo y recompensas;
• el autocrático, con control significativo sobre el personal;
• el de servicio, que prioriza las necesidades del equipo y toma de decisiones colectivas;
• el laisser-faire, que permite a los empleados desarrollar tareas según su criterio;
• el participativo, que democratiza la toma de decisiones;
• el burocrático, que asegura que se sigan las reglas;
• el carismático, donde el éxito depende del magnetismo del líder;
• el situacional, que adapta el estilo de liderazgo según las circunstancias y características del equipo.

El liderazgo situacional, desarrollado por Paul Hersey y Ken Blanchard, se basa en la adaptabilidad del líder según la situación y el nivel de desarrollo del equipo. Este modelo incluye cuatro estilos básicos: directivo, persuasivo, participativo y delegador. La clave está en elegir el estilo adecuado para cada situación, ajustando el comportamiento y nivel de apoyo según las circunstancias. Este enfoque flexible es altamente valorado en las organizaciones modernas, ya que permite una mayor organización y eficacia empresarial.

Las competencias y habilidades esenciales para un buen líder incluyen la inteligencia emocional, que permite percibir y entender las emociones de los demás; habilidades de comunicación, que facilitan la relación y el intercambio de ideas; conocimiento y experiencia, que ayudan a anticipar obstáculos y guiar al equipo; confianza, que se basa en la ética, respeto e integridad; compromiso y pasión, que inspiran y motivan al equipo; influencia, que se ejerce a través de la inspiración y carisma; pensamiento estratégico, que permite anticiparse a futuros retos; y proactividad, que implica tomar la iniciativa y resolver problemas.

Finalmente, se destacó la importancia de la inteligencia emocional como una habilidad clave para regular las propias emociones y las de los demás, influenciando positivamente el ambiente laboral y la productividad. La inteligencia emocional ayuda a enfrentar las dificultades con optimismo y perseverancia, promoviendo un entorno de confianza, respeto y autogestión. Este enfoque integral del liderazgo situacional permite a los líderes adaptarse a las necesidades de su equipo y fomentar su desarrollo profesional dentro de la organización.

Actividad financiada a través del INFO por el Convenio de Colaboración INFO-UPCT, para la ejecución de las actividades del Programa de Emprendimiento 2025